martes, 19 de octubre de 2010

LA PARTE HUMANA DE LOS MODISTOS

 ONG,  la marca solidaria
Giorgio Armani. Al modisto italiano Product (RED) le ayuda a sentirse «útil y generoso». Es un proyecto promovido por Bono, de U2, para luchar contra el sida en Africa.
Los grandes diseñadores parecen empeñados en mostrar su lado más humano. En un mundo tan sobrexpuesto y donde cada detalle, por nimio que sea, cobra una importancia trascendental, los estandartes de la industria de la moda se están entregando sin desmayo a las buenas causas. Parece como si de pronto los modistos más famosos hubiesen inoculado un virus de lo más solidario al mundo del lujo para ayudar desde su exclusiva atalaya a los más desfavorecidos. Valen todo tipo de causas. Lo mismo entregan generosos cheques para mitigar el problema de la hambruna infantil (Gucci), que se desviven por echar un cable a jóvenes artistas (Burberry) o diseñan bolsos cuyos beneficios dedican a mujeres enfermas de cáncer (Tommy Hilfiger).
Si hemos de fiarnos del alcance de estos gestos, el esfuerzo tiene una pinta de lo más elegante y sugerente. ¿Pero qué hay realmente detrás de esta pasarela de buenas intenciones? ¿Hasta qué punto es sincero la ayuda que estos creadores encauzan a través de las ONG para proyectar un mundo más justo? ¿O sólo utilizan estas plataformas de alta resonancia mediática para sacudirse la mala conciencia que les persigue por trasladar sus centros de producción a países del Tercer Mundo, donde fabrican a precio de saldo y pagan sueldos miserables a sus trabajadores?
«La ética y los negocios deben coexistir», razona Giorgio Armani. El modisto más rico del mundo ha estrechado sus lazos con (Product) RED, un proyecto promovido por el líder de U2, Bono, para poner su granito de arena en la lucha contra el sida en África. «Es una iniciativa que introduce un sistema financiero de redistribución para solucionar uno de los grandes problemas que azotan a este continente». El mismo en el que se emplea a fondo Donna Karan. La diseñadora neoyorquina destina a CARE, una organización ugandesa que lucha contra la pobreza global, parte de los beneficios obtenidos con las ventas de 'Pure DKNY', un perfume con vocación solidaria y la vainilla como ingrediente principal. Acciones como esta acentúan, según la modelo Angela Lindvall, imagen de la fragancia, la necesidad de buscar «mejores formas de hacer negocio con el planeta»
Escuelas en China
En lugar de a África, Donatella Versace ha dirigido su mirada a Asia y ha demostrado que no sólo vive pendiente de su próxima intervención de cirugía estética. La marca de la medusa abrió dos centros para asistir a víctimas del terremoto que en 2007 sacudió a la región china de Sichuan y causó más de 12.000 muertos. Aquella tragedia extremó el instinto maternal de Donatella y la llevó a a volcarse con los niños. «Ayudarles psicológicamente a rehacer su vida es un peldaño más hacia un mundo mejor». Su colega italiano James Ferragamo se alió con la asociación GlobalGiving para echar una mano en la reconstrucción de L'Aquila, región del sur de Italia también devastada por una sacudida que arrojó 294 víctimas mortales y dejó sin hogar a más de 50.000 personas. Ferragamo celebró una subasta online de bolsos de la casa pertenecientes a celebrities. «Nos debemos a nosotros mismos hacer de este planeta algo diferente».
Y si puede ser mejorando las condiciones de la población infantil, mejor. Al dominicano Óscar de la Renta, el modisto preferido de la alta sociedad neoyorquina, le duele el sufrimiento de los niños sin hogar. «No hay nada más importante en la vida que hacer sonreír a un pequeño. Todos merecen una educación adecuada y el apoyo de una familia, ya sea la de nacimiento o aquella en la que han sido adoptados », reflexiona. Además de buenas palabras, Gucci alardea de números para reforzar su trabajo humanitario. Ha destinado en los últimos años siete millones de dólares a Unicef. «En un mundo perfecto -subraya su directora creativa, Frida Giannini- ningún niño moriría por causas predecibles. Desafortunadamente, no es el caso y por ello me siento feliz de ayudar a salvar vidas, una a una».
Igual que Michael Kors, uno de los diseñadores americanos más en forma del momento, aunque él prefiera centrar sus esfuerzos en la prevención del cáncer de mama. «Mi suegra también tuvo un tumor de pecho y era una mujer increíblemente fuerte y poderosa. Ella ha sido mi inspiración y mi modelo. Nos demostró que con la actitud y los cuidados correctos, puedes seguir adelante con tu vida», Una vida, en definitiva, más igualitaria. «Necesitamos salir de nuestra zona de confort y arriesgarnos a redescubrir el mundo con otra luz», subraya Alessandro Benetton, vicepresidente ejecutivo del grupo italiano que colabora con Africa Works, otra ONG con la que la moda teje su imagen más sensible y entierra su aire frívolo.

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